miércoles, 12 de diciembre de 2012

Bullying

Aunque los abusos físicos o psíquicos por parte de compañeros no es cosa de risa os dejamos esta viñeta de Calvin & Hobbes que se ajusta mucho a la frustración que pueden producir estas acciones.


Basta de abusos, ¡no te quedes callado!


martes, 11 de diciembre de 2012

Acoso escolar: Bullying

Os dejamos un artículo, traducido por Rafael Fernandez Louro extraido de la web psicoencuentro, a la que os ponemos un enlace. La fuente original del artículo en alemán lo encontraréis aquí.

"Lisa no es la única que tiene que sufrir excesivamente las burlas y las tomaduras de pelo de sus compañeros. Se denomina mobbing al fenómeno que significa tanto “abordar groseramente” como “acabar con uno”. Es una forma especial de comportamiento agresivo y consiste en una vejación constante de una o más personas hacia otra que es más débil física o psíquicamente. 

Desde una mofa hasta una paliza
El mobbing en la escuela funciona de diversas formas. Al igual que a Lisa, muchos niños son objeto de risa y mofa. Otros son ignorados por completo en las conversaciones y no se les incluye en las actividades. También es común difundir malos rumores o dirigir infamias contra la propia víctima o contra sus propiedades. La mayoría de las veces comienza de forma inofensiva: para algunos es original tirar bolitas de papel, tizas u otras cosas al portador de los sufrimientos, pintarle sus cuadernos, llevárselos o simplemente rompérselos, así como los bolígrafos o las reglas. Sin embargo, a las víctimas de mobbing también se les extorsiona, se les pone la zancadilla, se les empuja, se les da una paliza.

A las víctimas de mobbing no se les quiere
A las víctimas de mobbing a menudo no se les aprecia. No gustan porque se comportan de forma diferente. Son alumnos modelo, empollones o “aburridos ratones grises”. A menudo son marginados por su aspecto exterior. Tener sobrepeso, tartamudear o no llevar ropa “guay” pueden ser motivos directos para los ataques. Tener un carácter intachable o llevar ropa de marca determinan también la popularidad en la escuela.
Que las víctimas de mobbing sean las menos queridas también puede ser consecuencia del mobbing. En teoría empieza uno, otros participan y en seguida se forma un grupo de enardecidos espectadores. Si se lleva a cabo este acto de mobbing durante mucho tiempo, la percepción cambia entonces paulatinamente: la víctima aparece cada vez más como algo sin valor, merecedor del maltrato. Y en algún momento, todos ven como normal participar directa o indirectamente en este acto de fastidiar.
A los autores les gusta elegir sobre todo compañeros de clase con poca seguridad en sí mismos, que no se pueden defender y que están en una posición inferior. Sólo así es cuando el mobbing produce diversión. También son objeto de abuso aquellos niños que son especialmente ingenuos y tienen plena confianza en sus compañeros.
También desempeñan un papel los sentimientos personales de los agresores a la hora de elegir las víctimas de mobbing. Se quieren vengar, sienten celos o temen que alguien les haga la competencia. Sin embargo, las víctimas de mobbing son también alumnos nuevos en una comunidad escolar que no están todavía integrados.

Consecuencias del terror psicológico
Por desgracia, a menudo no se toma en serio el mobbing en la escuela. Los profesores perciben poco de todo esto, pues la mayoría de las veces se lleva a cabo el acto de mobbing con métodos sutiles o los abusos se realizan durante el recreo o de camino al colegio.
Según los análisis realizados, se deduce que el mobbing daña fuertemente tanto el desarrollo social así como el proceso de aprendizaje de los niños y jóvenes afectados. Los escolares afectados sufren mucho, pierden confianza en sí mismos, desarrollan depresiones y problemas de concentración, su rendimiento escolar flaquea y se origina el miedo al colegio. Otros se recluyen o se vuelven agresivos. En muchos niños se originan trastornos psicosomáticos como la falta de apetito, náuseas, dolor de estómago, disnea (sofocación) y alteraciones del sueño.
Ya que las víctimas de mobbing no se pueden ayudar por sí mismas, pero al mismo tiempo se guardan para sí sus problemas, es importante que los padres reconozcan las señales del mobbing.

Reconocer las señales de aviso
  • Su hijo no quiere ir más al colegio
  • Hay que llevar a su hijo al colegio
  • Los rendimientos escolares son cada vez peores
  • Las cosas del colegio de su hijo están cada vez en peor estado
  • Las prendas de su hijo aparecen rotas
  • Su hijo llega herido del colegio
  • Su hijo pierde dinero constantemente (es chantajeado)
  • Su hijo se queja continuamente de dolor de cabeza y estómago, de náuseas, sofocación y falta de apetito
  • Su hijo duerme mal y tiene pesadillas a menudo
  • Su hijo está siempre triste y llora con frecuencia
  • Su hijo actúa a menudo en casa irritado
  • Su hijo ya no queda más con los compañeros o apenas se le invita a las fiestas de cumpleaños

Lo que los padres pueden hacer en la escuela

Los padres deberían buscar a toda costa hablar con su hijo y no darse por satisfechos con las explicaciones vagas. Descubra lo que le ocurre a su hijo mostrándole cariño. Diferencie entre pequeñas disputas con los compañeros de clase y un verdadero mobbing. No cada incidente es un ataque. Para que se gane la confianza del niño, éste no debe percibir que no se le va a tomar en serio. Asegure al niño que tiene su apoyo. No busque la culpa en el niño.
Cuando su hijo ha sido atormentado durante mucho tiempo en la escuela, no se trata de una nimiedad ni tampoco de mal comportamiento del niño. La situación hay que aclararla urgentemente. Es importante que su hijo sea protegido de más terror psicológico. Los padres deben informar al profesor de clase o a un profesor de confianza. Tenga cuidado sin embargo con las asignaciones de culpabilidad y tenga en cuenta que los profesores la mayoría de las veces no perciben las acciones de mobbing. No agote a su hijo, pues sólo se consigue que se abrume más. Lo mejor es que describa la situación objetivamente y exija responsabilidades. Los padres no deben darse por satisfechos con las promesas de garantía de los profesores, deberían prestar atención en el futuro. La escuela debe llevar a cabo alguna acción contra la situación. Si toda la clase está involucrada, se debería llegar a una conversación seria. A veces, las clases eligen en tales situaciones unos mediadores de conflictos.
Por supuesto, los padres pueden traer por sí mismos propuestas de solución. Quizá podría tener sentido, en colaboración con los profesores, tener una conversación con los padres de los alumnos involucrados en las acciones de mobbing. Evite organizar tales conversaciones sin la participación de la escuela. Los padres deberían tener presente que los padres de los agresores también quieren proteger a sus hijos y que por eso tales conversaciones privadas pierden la mayoría de las veces su objetivo. Por otro lado, unas conversaciones directas con los causantes de mobbing pueden empeorar aún más la situación, pues esto da a entender a los autores que su víctima no puede defenderse por sí misma.
Lo mejor es que los padres de las víctimas acuerden unas medidas concretas y unos plazos con la escuela, y observar si la escuela lleva a cabo alguna acción contra los ataques de mobbing y si éstos finalizan realmente, ya que algunos profesores se prestan menos a colaborar. Pronto se quiere pretextar que el problema se resolverá por sí mismo. Presente acta de otros incidentes. Si no da resultado, solicite una conversación con la dirección de la escuela. Si ésta aún así permanece pasiva, hay que informar a las autoridades escolares.

Lo que los padres pueden hacer en casa
Los padres deben reforzar la seguridad de sí mismos de sus hijos. Muestre a su hijo su amor en palabras, gestos y acciones. Un niño sólo aprende a quererse si recibe amor de otros. El reconocimiento y la atención no deberían tener que ganárselos los niños. Los padres pueden mostrar que aceptan a su hijo con todos sus potenciales y todas sus debilidades, cuando no hagan un drama de los errores. Les pueden aclarar a su hijo que los errores también pertenecen a la vida, y pueden contarles sobre sus propias adversidades y cómo han superado las situaciones desagradables de la vida.
Los padres no deberían olvidar los elogios. Incluso cuando el niño tenga que aprender a hacer frente a sus errores; no es adecuado criticar continuamente los errores del niño. También es importante resaltar aquello que el niño hace especialmente bien; el elogio es el camino más rápido de fortalecer la autoestima de un niño.
En cualquier caso, intente conversar siempre con su hijo. Cuando los padres muestran que confían en el niño y que reaccionan de forma abierta e imparcial a sus confecciones, el niño le recompensará, a su vez, con su confianza. Entonces, el mobbing se sofocará en seguida en su origen, pues los padres pueden permanecer al lado de su hijo dándole consejo antes de que las situaciones críticas se manifiesten."